La resiliencia está conformada por cuatro componentes:
- Frente a los cambios disruptivos, reinventarse constantemente.
- Aprender nuevas habilidades y asumir el riesgo de invertir en uno mismo.
- Buscar oportunidades en el futuro incierto.
- No siempre hay que saber qué hacer pero sí hay que saber por qué hacerlo.