Esta mañana muy temprano recibí un excelente artículo escrito por Adrián Cottín-Belloso y lo comparto en este blog.
Shinichi Suzuki
“Cuando el amor es profundo, mucho puede ser alcanzado”
«Mi hijo será el músico que él quiera ser. Su poder no conoce límites, sólo los que aprende de mí» Dito Hermano
Me dispongo a conversar con ustedes acerca de una de las personas que han contribuido en gran manera a que miles de personas hayan podido y puedan iniciarse en el aprendizaje de la música, y en el arte de aprender a tocar el violín y otros instrumentos musicales.
Les hablo sobre Shinichi Suzuki. Un educador, un filósofo, y sobre todo un humanista, quien ha influenciado la educación en general, y en especial la educación musical en su propio país, Japón, y en todo el mundo.
El poder de Suzuki se basa en su creencia de que la habilidad musical no es un talento innato, sino una destreza que puede ser desarrollada. Suzuki comprendió el hecho evidente de que un niño de cualquier nacionalidad aprende fácilmente su lengua materna. Esto parece una perogrullada, pero es un magnífico descubrimiento, porque quiere decir que si un niño es expuesto a un ambiente donde se hablan diferentes idiomas, aprenderá todos esos idiomas. También que si se le expone a ambientes donde se practican deportes, o se desarrollan las artes y las ciencias, tenderá a aprenderlos.
El maestro comenzó a desarrollar un método para enseñar a tocar el violín de la misma manera como los niños aprenden a hablar un idioma, y lo denominó «enfoque de lengua materna» o «educación del talento». Su planteamiento revolucionario consiste en que cualquier niño a quien se le eduque correctamente puede desarrollar su habilidad musical, de igual forma que los niños desarrollan la capacidad de hablar en su lengua materna.
El método creado por Suzuki originalmente para aprender a tocar violín está más orientado al aprendizaje para niños, pero resulta excelente también para adultos que quieren comenzar a aprender a tocar el violín ya de grandes.
En el ambiente fomentado por el método Suzuki, los niños aprenden a disfrutar de la música, a interpretar instrumentos musicales, y desarrollan disciplina, autoestima, confianza y concentración, así como la determinación para superar los obstáculos.
El maestro Suzuki dijo: «La enseñanza de música no es mi propósito principal. Deseo formar a buenos ciudadanos, seres humanos nobles. Si un niño oye buena música desde el día de su nacimiento, y aprende a tocarla él mismo, desarrolla su sensibilidad, disciplina y paciencia. Adquiere un corazón hermoso».
Algunas de las características del método Suzuki:
Los padres y el aprendizaje de sus hijos: Al igual que cuando el niño aprende a hablar un idioma, los padres jugamos en el aprendizaje de un instrumento un papel importante. Los padres son los responsables en el hogar de que el niño tenga guía y apoyo para aprender, para que reciba el estímulo para superar los obstáculos, para darse cuenta que aprender puede ser fácil, rápido y divertido, y que la dedicación al estudio paga sus beneficios al aprendiz.
Los padres asisten a las clases, los dos o por separado, y luego en casa siguen jugando a aprender con su hijo.
Estímulo temprano: Sabemos que los bebés y los niños, por lo general, aprenden más rápido y son más flexibles que los adultos y los ancianos. Por eso los primeros años son cruciales para el establecimiento de las conexiones cerebrales, y la obtención de una excelente motricidad. También el niño cuenta con una mejor audición y mucha sensibilidad a la música, sobre todo si ha sido incentivado escuchando música durante la concepción, la gestación y el nacimiento, su educación formal puede comenzar incluso a los dos años de edad y antes.
La escucha: Cada persona tiene una escucha diferente. Cada quien escucha desde su historia personal, desde sus creencias, incluso desde sus juicios, desde lo que le ha tocado vivir, e incluso desde sus expectativas.
Así, mientras para muchos la música clásica es “aburrida” y “de viejos fastidiosos”, para otros es un deleite y parte de una hermosa vida. Mientras algunos disfrutan de una buena ópera con tanta pasión que hasta de pie la escuchan, otros se ríen y se burlan de esos “gritones” y es como un castigo que alguien los invite a complacerse con una presentación.
Los niños aprenden a hablar mejor y más rápido en un ambiente donde se estimule el lenguaje. Podemos lograr que el niño habite en un mundo musical, y que se acostumbre a asistir a presentaciones musicales excelsas. Que se familiaricen con la música elevada y así aprenderá fácilmente. A lo mejor lograremos que se interesen en aprender un instrumento, pero definitivamente habrá muchas más posibilidades de que les guste la música cuando crezcan.
Repetición: Repetir es la condición para la maestría. Repitiendo, sin aburrirse, se aprende cualquier cosa. Practicando y repitiendo logramos perfeccionarnos.
Repetir lo que aprendimos, las piezas musicales en las cuales nos iniciamos, hace que nos desarrollemos y seamos cada vez mejores en el desempeño. Ir elevando el grado de dificultad, buscando entonces nuevas piezas que interpretar, aprendiendo obras cada vez más exigentes y sofisticadas, eso sí, sin sufrimiento.
Debemos aprovechar el repetir aquellas piezas musicales que más me gustan, buscando que salgan solas en automático, que tenga un nivel de pericia inconsciente, que permita hacer foco en lo que deseo aprender.
Alentar: Animar a nuestros hijos para que aprendan cualquier conocimiento, habilidad, actitud o valor es una de las mejores actividades que tenemos la oportunidad de realizar nosotros los padres.
Estimular a nuestros hijos para que aprendan a tocar un instrumento necesita de toda nuestra fuerza, sobre todo si nosotros mismos no hemos aprendido antes música o a interpretar un instrumento, o lo hemos comenzado a estudiar y hemos desistido.
Mi caso es distinto, pues no tuve interés alguno en aprender a tocar ningún instrumento aunque tuve acceso a esta educación, más mi interés fue aprender a cantar, y he sido cantante toda mi vida desde que tengo memoria. Igual me he dedicado a rodear a mis hijos de música, llevarlos a conciertos, musicales, espectáculos de toda índole, para que cultiven su gusto por la buena música, y se incentiven a tocar algún instrumento. Claro, lo que he logrado es que disfruten algunas manifestaciones artísticas musicales, pero cada uno de ellos disfruta de diversos géneros musicales, algunos de los cuales no los disfruto yo.
Cuando el niño es bebé su instinto es agarrar el instrumento que le colocamos al alcance, aunque sea para morderlo, deshacerlo, tocarlo esperando que haga ruido y suene. Esto lo podemos aprovechar para interesar al niño estimulando desde temprano la presencia de instrumentos musicales a su alcance y que formen parte de su ambiente.
Al igual que el papel que jugamos en el aprendizaje del lenguaje, nos toca inspirar a nuestros hijos a disfrutar y esforzarse en aprender a tocar un instrumento, y regalarle palabras de elogio a cada paso que avanzan hacia su aprendizaje y hacia el perfeccionamiento en su interpretación.
Socializar con otros niños: Al igual que el socializar con otros niños hace que el niño aprenda a hablar más rápido y más fácilmente, el aprender con otros compañeros, además de las clases individuales, estimula al estudiante y le genera mayor interés. Además el aprender en grupo desarrolla mejores relaciones sociales, e incrementa la inteligencia interpersonal.
El permitir que el estudiante observe frecuentemente a estudiantes más avanzados, genera desafíos y también estimula al estudiante aventajado, pues aprecia el esfuerzo y la dedicación que ha puesto, y lo que han hecho estudiantes que siguen sus pasos.
Repertorio gradual: Hay varias etapas paralelas en el aprendizaje de un instrumento. Tocar el instrumento, aprender a tocar el instrumento, aprender música, aprender a leer música, y quién sabe cuántas actividades de aprendizaje adicionales ligadas a esto, todo a la vez. Ahora ¿cuáles actividades serán las más fáciles para aprender los niños? ¿Cuáles los llevarán a seguir interesados en aprender, sin aburrirse? Cada niño es diferente y así las respuestas a estas preguntas.
Cuando los niños aprender a hablar no practican ejercicios para aprender a hablar, sino que aprenden mientras hablan y logran tener un lenguaje para comunicarse y expresarse. Así es el método Suzuki, los estudiantes aprenden los conceptos y desarrollan sus habilidades musicales en el contexto de la música, en vez de aburrirse con ejercicios técnicos.
El repertorio Suzuki para cada instrumento presenta, en una secuencia cuidadosamente ordenada, los componentes necesarios para el desarrollo técnico y musical. Este repertorio estándar proporciona una fuerte motivación, ya que los estudiantes más jóvenes desean tocar la música que oyen tocar a los estudiantes más avanzados.
Aprendo a tocar y luego leo: Al igual que los niños comienzan a hablar mucho antes de que aprendan a leer, con el método Suzuki los niños ya han adquirido destrezas básicas con su instrumento mucho antes de que se les enseñe a leer música. Esto permite al estudiante centrarse en desarrollar una buena postura, un sonido hermoso, una correcta afinación y fraseo musical.
Para informarte más visita la página Web: www.suzukiassociation.org
También puedes conseguir el libro: Hacia la música por amor (Nutured By Love) por Shinichi Suzuki.
Adrián G. Cottín Belloso
Facilitador Internacional
PCO´s International, C.A.
E-mail: [email protected]
Visita: www.adriancottin.com
Excelente articulo gracias por esta informacion tan valiosa me interesa mucho lo de que se puede aplicar tamben en adultos