Evolución de las tintas para tatuar

Tintas en la antigüedad

En primer lugar, vale la pena hacer un pequeño análisis etimológico de la palabra tinta, en inglés: ink. El término ink proviene del griego kauterion, que refiere a la marca mediante la quema de algo con un instrumento caliente y que se utilizaba para referirse a una técnica en la cual, mediante un instrumento calentado suficientemente, se fijaban colores de cera en antiguas pinturas. En latín, el mismo proceso era llamado encaustum, que más tarde también fue utilizado en el francés y que, más tarde, pasó a conocerse como enke o inke en el inglés.

Pero dejando de lado la etimología de la palabra, muchísimo tiempo antes, hace más de 4000 años atrás, los tatuajes ya se realizaban mediante huesos, ramas y piedras que se afilaban para tallar dibujos en la piel y allí insertar ese fluido que hoy conocemos como tinta para tatuajes. Tanto los Hombres del Antiguo Egipto como los de los del Antiguo Imperio Chino, se tatuaban y para ello, ¿qué crees? Aprendieron a producir tinta.

Lo hacían con los pocos elementos que tenían a su alcance y con el ingenio que caracterizó a estas magistrales civilizaciones de la antigüedad, utilizaban humo, carbón, diferentes tipos de gomas vegetales y agua para crear las primeras tintas de la historia. Estas tenían un espesor mayor que el que hoy utilizamos y sólo podía crearse en un profundo color negro, frío y opaco.

Esta tinta, una vez dentro de la piel y cicatrizadas las heridas, quedaba de por vida y un dato muy interesante es que aún en nuestros días, existen muchos tipos de tinta producida en China e India que se fabrican bajo principios muy similares. Con el paso del tiempo, las primeras batallas y el comercio, la tinta comenzó a conocerse en distintas partes del mundo antiguo y luego de años y años de trabajo en su producción, se comenzaron a elaborar las primeras tintas de colores, las cuales añadían extractos vegetales y animales con pigmentos de colores al proceso de elaboración.

Innovación de las tintas para llegar a la actual

Siglos más tarde, los romanos, que también utilizaban estas tintas, innovaron la producción mediante la extracción de la tinta de los calamares. Ellos descubrieron que si determinadas especies marinas como los calamares o los pulpos se sentían amenazados, naturalmente expulsaban un líquido oscuro y espeso. La curiosidad los llevó a intentar utilizarlos para escribir, descubriendo así que podían obtener tintas desde estos animales. Ese líquido marrón y oscuro fue llamado sepia.

Pero no fue hasta hace aproximadamente 1000 años atrás que se descubrió lo más cercano a lo que conocemos hoy como tinta para tatuajes. Se trató de una tinta elaborada a partir de la agalla producida por árboles de roble. Los insectos dejaban sus huevos allí, en la encina y las ramas de los robles, la agalla que se formaba en los robles tenía altos contenidos de un químico llamado tanino, el cual se mezclaba con otros elementos químicos naturales y daba lugar a una sustancia capaz de utilizarse como tinta a la perfección.

A lo largo de toda la Edad Media, esta tinta se empleó por cientos de miles de escritores y luego de varias modificaciones, junto con el avance de la tecnología y el desarrollo científico, se crearon algunas de las primeras tintas modernas, muy similares a las que hoy utilizamos. Actualmente, existe una amplísima variedad de tintas para tatuajes, la enorme mayoría, si se emplea en un tatuaje de forma adecuada, no implica peligro alguno para la salud.

Información Sacada de: https://www.vix.com/es/btg/bodyart/4359/la-historia-de-la-tinta-para-tatuajes

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