¿Qué tienes? ¿En qué eres realmente bueno? ¿Qué te gusta hacer?
Comprometerse con el mercado requiere crear valor para las personas que pueden elegir.
Y decidir qué ofrecer a tus clientes es tu elección.
Si posees algo (una patente, un edificio, un proceso, un conjunto de relaciones) puedes crear más valor que si simplemente comienzas de nuevo con un nuevo trabajo cada vez.
Si eres realmente bueno en algo, tienes habilidades acumuladas y una reputación, es más probable que obtengas el beneficio de la duda y crees valor más fácilmente.
Y si te enfocas en estar concentrado en el trabajo que realmente disfrutas, tus días son mejores y es más fácil hacer un gran trabajo.
El dilema del profesional independiente es averiguar qué decir en lugar de “puedes elegir a cualquiera y yo soy cualquiera”.
Y el trabajo del emprendedor es construir suficientes activos para que cada transacción sea más fácil y rentable.
Comienza por tener claro lo que posees, lo que se te da bien y lo que te da satisfacción.
Artículo original: A freelancer’s dilemma.
