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Sobre sembrar y cosechar2 min read

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Esta historia la tomo prestada del libro “La culpa es de la vaca” (2002, Editorial Nomos S.A. ISBN: 958-8227-05-4) de Jaime Lopera Gutiérrez y Marta Inés Bernal Trujillo (Compiladores)

Sembrar el futuro – Jorge Bucay

En un oasis escondido en los más lejanos paisajes del desierto, se encontraba de rodillas el viejo Eliahu, al costado de algunas palmas datileras. Su vecino Hakim, el acaudalado mercader, se detuvo en el oasis para abrevar sus camellos y vio a Eliahu transpirando, mientras parecía cavar en la arena.

-¿Qué tal, anciano? La paz sea contigo.

-Y contigo -contestó Eliahu sin dejar su tarea.

-¿Qué haces aquí, con esta temperatura, trabajando con esa pala?

-Siembro -contestó el viejo.

-¿Qué siembras aquí, Eliahu?

-Dátiles -respondió el viejo señalando el palmar.

-¡Dátiles! -repitió el recién llegado, y cerró los ojos como quien escucha la mayor estupidez-. El calor te ha dañado el cerebro, querido amigo. Ven, deja esa tarea y vamos a la tienda a beber una copa.

-No, debo terminar la siembra. Luego, si quieres, beberemos.

-Dime, amigo, ¿cuántos años tienes?

-No sé, sesenta, setenta, ochenta, no sé…lo he olvidado. Pero eso, ¿qué importa?

-Mira, amigo, las datileras tardan más de cincuenta años en crecer, y sólo entonces están en condiciones de dar frutos. Yo no estoy deseándote el mal y lo sabes, ojalá vivas hasta los cien años, pero tú sabes que difícilmente podrás llegar a cosechar algo de lo que hoy siembras. Deja eso y ven conmigo.

-Hakim, yo comí los dátiles que otro sembró, otro que tampoco soñó con probarlos. Siembro hoy para que otros puedan comer dátiles mañana. Y aunque sólo fuera en honor de aquel desconocido, vale la pena terminar mi tarea.

-Me has dado una gran lección, Eliahu; déjame que te pague esa enseñanza -dijo Hakim, poniendo en la mano del viejo una bolsa de cuero llena de monedas.

-Te lo agradezco. Ya ves, a veces pasa esto: tú me pronosticabas que no llegaría a cosechar lo que sembrara. Parecía cierto y, sin embargo, mira: todavía no termino de sembrar y ya coseché una bolsa de monedas y la gratitud de un amigo.

-Tu sabiduría me asombra, anciano. Esta es la segunda lección que me das hoy, y es quizás más importante que la primera. Déjame, pues, que pague también esta lección con una bolsa de monedas.

-Y, a veces, pasa esto -siguió el anciano, extendiendo la mano para mirar las dos bolsas-: sembré para no cosechar, y antes de terminar de sembrar ya coseché no sólo una, sino dos veces.

-Ya basta, viejo, no sigas hablando. Si sigues enseñándome cosas no me alcanzará para pagarte.

¿Cuál es la moraleja que sacas de esta historia? Espero tus comentarios…

0 Replies to “Sobre sembrar y cosechar

  1. Esta historia es una leccion de generosidad, trabajar para otros sin pensar en nosotros unicamente,porque cuando hacemos esto, la vida, Dios, no se deja ganar en generosidad, y nos devuelve el doble de lo que hemos hecho, de lo que hemos dado, de lo q hemos sembrado. Yo personalmente lo he experimentado, cuando das, generosamente, recibes de vuelta mucho mas.Por ello hay que sembrar a manos llenas,no sabemos de que manera y cuando seremos retribuidos, pero solo el hecho de dar es una de las acciones mas gratificantes que podemos experimentar.

    1. Esta enseñanza me traslada la mente a mi “HOGAR”, ya que de alli es donde radica mi principal cosecha “mis hijos” ya que por ellos doy el todo por el todo por sacarlos adelante a ellos es a quienes transmito lo bueno y lo malo de cada cosa lo catalogo como ese peqeño terreno donde estoy sembrando frutos. Desde otro punto de vista vemos como el mundo se va deteriorando, somos egoistas, yoistas y pare de contar pero nunca pensamos en aquel que esta a nuestra izquierda o derecha avnzamos dejandolos atras pero que diferente seria si nos tomaramos de la mano para avanzar juntos….” LA EFICACIA DE UN EQUIPO RADICA EN SU CAPACIDAD DE MOTIVACION” tomado del libro “FISH” de Stephen C. Lundin, Harry Paul y Jhon Christensen…

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